María Gladys Cayambe Molina

En el seno de una familia numerosa fue concebida, siendo la tercera de varios hermanos, le otorgaron el nombre de María Gladys Cayambe Molina. La vida no ha sido muy diferente a la de otras personas, sin embargo, se debe mencionar que hay un recuerdo que se le revela constantemente como si fuese antaño. Desde infante admira profundamente el arte, tal vez gran mérito debe tener el municipio en el que creció, San Agustín, ubicado en el Departamento del Huila, municipio caracterizado por su cultura y sus tradiciones artísticas. En medio de un ambiente escolar en donde la picardía, la felicidad y la curiosidad eran las protagonistas, se encontraba ella, una persona taciturna, que enfrentó sus temores integrándose al grupo de teatro juvenil del colegio en el que cursaba el bachillerato. Oportunidad que le condujo a hacer parte del grupo de teatro municipal TEA (Teatro experimental artístico). Experiencia que le permitió ser benevolente y menos temerosa y cómo no serlo, después de recorrer varios municipios del Departamento representando la majestuosa obra de José Eustasio Rivera denominada, Juan Gil.

Tiempo después, exactamente un lunes a las seis de la mañana, se encontraba atendiendo a la clase de Teoría Literaria, una de las tantas asignaturas en las que se instruyó en la carrera como Licenciada en Lengua Castellana. Luego de un lapso, emprendió el camino en la docencia, en el que ha experimentado sinfín de experiencias gratificantes, a nivel personal y profesional, enfocando su experiencia mayormente en el sector privado.

Le apasionan distintos géneros musicales: la ópera y sus grandes voces la estremecen, el tango y el erotismo de su baile, la maravillan; la música clásica en donde encuentra su mayor inspiración con grandes confidentes como Mozart y Bach, obviamente el rock no puede faltar en su diario vivir. Es una mujer empedernida por el buen cine, tanto nacional como internacional, no podría presumir de ser una gran lectora, pero procura cultivar y enriquecer su hábito día a día, cuando siente la necesidad escribe algunos versos en los que se refleja diversos temas sociales y aparece reiteradamente, su gran musa, la perfecta y temerosa naturaleza. No es un secreto la admiración que siente hacía algunos países por sus culturas y misterios. Y es que el mundo en sí es un misterio absoluto, en el que se contrae una diversidad extraordinaria en todos los ámbitos, por ejemplo, gastronómicamente hablando, quién no desea probar unos raviolis o unas pastas en cualquiera de sus presentaciones en una maravillosa ciudad de Italia o recorrer las calles del octavo país más grande de Europa, Alemania o por qué no, intentar hacer una coreografía Highland dance, una danza de las tierras altas de Escocia…

Enseñar y aprender son otras de sus grandes pasiones y es por ello, que obtuvo su título de Especialista, con el propósito de continuar con su fiel convicción: “Educando se transforma a la sociedad”, teniendo presente que es en las aulas que se establece la consciencia de cada uno de los niños y jóvenes que conforman el porvenir. Para finalizar, comparto una idea que le sirve de motivación cada mañana a la protagonista del presente texto: “La vida consiste en el cúmulo de experiencias que te permites y que se inmortalizan en los recuerdos. Por eso, independientemente de las circunstancias, se debe procurar siempre ser feliz”.